Los titulares de BNO obtienen una liquidación
En un movimiento significativo, el Reino Unido ha concedido la residencia al primer grupo de titulares del visado BNO. Casi 600 hongkoneses recibieron el estatuto de Permiso Indefinido de Permanencia (ILR) en junio de 2025, tras cuatro años desde el lanzamiento del programa. En general, este avance marca el compromiso del Reino Unido con quienes buscan refugio desde que Hong Kong volvió a China.
Sobre el régimen de visados BNO
Para contextualizar, la vía del visado BNO se abrió en enero de 2021, después de que Pekín impusiera la ley de seguridad nacional en Hong Kong. En concreto, permitía a los residentes y dependientes que reunieran los requisitos necesarios vivir, trabajar y estudiar en el Reino Unido durante cinco años. Después, los titulares podían solicitar el asentamiento y, un año más tarde, la ciudadanía.
«Algunas personas pueden cumplir antes los requisitos si el tiempo pasado en otras vías de visado elegibles, antes de pasar a la vía BNO, cuenta para su periodo de residencia de cinco años», señaló el Ministerio del Interior británico.
Hasta ahora, el programa ha atraído una importante oleada migratoria. De hecho, a mediados de 2025, aproximadamente 166.300 personas habían llegado en el marco del programa, según datos del gobierno británico. Por consiguiente, las primeras aprobaciones de asentamientos muestran que la política entra en una nueva fase.
Números detrás de la transición
Las cifras oficiales confirman un crecimiento constante de las solicitudes de BNO. En junio, el Reino Unido expidió 181.609 visados para salir del país y 46.256 prórrogas para entrar.
Además, el Ministerio del Interior informó de que alrededor de 600 personas habían alcanzado la elegibilidad para el acuerdo este año.
Algunos cumplían los requisitos antes porque los años anteriores de visado contaban para el requisito de cinco años de residencia. En general, estos datos ponen de manifiesto la magnitud del régimen.
Voces comunitarias en el Reino Unido
Aunque algunos celebraron el asentamiento, surgieron preocupaciones en las comunidades hongkonesas de Gran Bretaña.
Por ejemplo, en Wokingham, los grupos locales expresaron su malestar por los posibles cambios en materia de inmigración propuestos en un libro blanco de mayo de 2025. En concreto, los miembros de la comunidad temían que se ampliara el umbral de asentamiento de los BNO de cinco a diez años.
Además, la nueva política impone requisitos más estrictos sobre el idioma inglés.
«Por favor, no nos abandonéis», dijo un portavoz de la Asociación Hongkonesa de Wokingham, pidiendo claridad para las familias.
Mientras tanto, Lord Patten, último gobernador de Hong Kong y patrón de Hong Kong Watch, señaló anteriormente que «reescribir los términos de la promesa sería desastroso para la legitimidad del Reino Unido en la escena mundial».
En consecuencia, esta tensión refleja tanto esperanza como ansiedad a medida que evolucionan las políticas. Además, muchos argumentan que unos requisitos más largos podrían desalentar la integración y poner a prueba a las familias que ya se están adaptando a nuevas vidas.
Implicaciones más amplias de la BNO
El hito del acuerdo supone un éxito para el Reino Unido en el cumplimiento de su promesa a los hongkoneses. Sin embargo, los posibles cambios corren el riesgo de socavar la confianza en el programa de visados BNO. Si las normas se endurecen, los emigrantes podrían retrasar decisiones vitales como la compra de una vivienda, los planes profesionales o la educación de los hijos.
Por ello, los grupos de defensa y los ayuntamientos subrayan la importancia de la estabilidad para la integración a largo plazo. Al mismo tiempo, los nuevos colonos demuestran resistencia y optimismo, mostrando el potencial del programa para enriquecer a las comunidades locales.
De cara al futuro
Los primeros acuerdos BNO representan un avance para la política de inmigración británica. Sin embargo, el camino a seguir sigue siendo incierto mientras continúan los debates sobre la inmigración.
En última instancia, otros miles de hongkoneses alcanzarán pronto la marca de los cinco años. Su futuro depende de cómo el Reino Unido equilibre la apertura con las presiones políticas internas. Por ahora, el hito de 600 asentamientos con éxito es a la vez un logro y una advertencia.
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